La noticia sobre la marcha de Mourinho volvió a copar la semana pasada las portadas de los diarios deportivos españoles. Esta vez la información saltó a consecuencia de un viaje relámpago que el técnico madridista ha hecho a Londres. Al parecer, en dicha ciudad, Mou ha comprado una casa y a partir de esto han empezado a saltar noticias sobre su posible marcha del conjunto blanco este verano.

Viendo los eventos deportivos que había la semana pasada, sin Champions League, sin Europa League y con tan sólo partidos amistosos de selecciones nacionales, uno comienza a comprender el por qué esta noticia salió estos días en la portada de los diarios. Ante una semana tan floja en cuanto a flujo informativo los diarios se las tienen que arreglar de alguna manera para vender ejemplares. Lo triste es que esto lo tengan que hacer alimentando el rumor una y otra vez.

Analizando las noticias resulta vergonzoso el comprobar que los editores de los grandes diarios deportivos decidan sacar esta noticia focalizándola en forma de sentencia sin rigor informativo alguno. Que Mourinho haya comprado una casa en Londres no es razón necesaria para pensar que se va a mudar de manera inminente. Hasta ahora, el técnico madridista poseía un apartamento en la capital británica el cual, tenía en alquiler a través de una inmobiliaria ¿Qué nos hace pensar entonces que la compra de esta casa (si es que la ha comprado) no la iba a usar para el mismo fin?

El poco rigor informativo que existe en la prensa deportiva de este país hace incluso contradecirse a noticias del mismo medio. Mientras que hace una semana el diario AS, haciéndose eco de una entrevista de Emilio Butragueño concedida a Telemadrid, aseguraba que Mou se quedaba afirmando que ya tenía planificada la pretemporada con el conjunto blanco, estos días, por el viaje hecho de Mou a Londres afirman todo lo contrario. Pura esquizofrenia informativa y falta de análisis.

La única conclusión entonces a la que se puede llegar es a la de que en la prensa deportiva de estos días prima el impacto, lo sorprendente, lo llamativo, antes que la información pura y dura, realizada con profesionalidad y calidad. Al final todo se convierte en un puro espectáculo de pantomima y circo. Triste, muy triste.