España se la jugaba, el empate entre Italia y Croacia obligaba a ganar el partido frente a Irlanda, para dejarnos de líos en la última jornada. Y si era por paliza, mejor. Así fue, y de esta manera, nos aseguramos pasar en caso de empate en el último partido ante los balcánicos. Y de paso, Torres demuestra por qué lleva el 9 de La Roja. Porque es un grandelantero. Así que nada, 4-0 y a dormir tranquilos.
España: Casillas; Arbeloa, Ramos, Piqué, Jordi Alba; Busquets, Xabi Alonso (Javi Martínez, 64′), Xavi, Iniesta (Cazorla, 79′), Silva y Fernando Torres (Cesc, 73′)
Irlanda: Given; O’Shea, St Ledger, Dunne, Ward; Duff (McClean, 75′), Andrews, Whelan (Green, 79′), McGeady; Cox (Walters, 45′), Robbie Keane
1-0, Fernando Torres (minuto 4); 2-0, Silva (minuto 49), 3-0, Fernando Torres (minuto 70); 4-0, Cesc (minuto 82)
El partido empezó como tiene que empezar un partido de la campeona de Europa y del Mundo, al ataque. No dejó ni un segundo España en dejar claro quién mandaría en el campo. Tardó tan sólo 4 minutos en adelantarse la Roja en el marcador.
Iniesta pasa en profundidad a Silva (lujo de pase), se lía el canario y llega Torres, coge la bola, se pone a correr, regatea con elegancia y engancha un derechazo que pese a pasar entre las manos de Given era muy muy difícil de parar. Nos poníamos 1-0 y Torres mataba un par de fantasmas. Dos pájaros de un tiro.
España dominó de cabo a rabo los siguientes minutos, pero sin llegar a hacer ocasiones claras, algún tiro, pero centrados y/o flojitos. Tan sólo las internadas de Jordi Alba y Arbeloa (el lateral del Valencia, el mejor de la 1ª Parte) y el buen hacer de Iniesta hacía que España siguiera atacando, pero con demasiado toque de balón tanto en pase como en individual y muy poco juego contundente. Un par de tiros más peligrosos al final del primer tiempo a cargo de Arbeloa, Xavi e Iniesta, dieron carpetazo al asunto y llegábamos al descanso.
Tras el comienzo de la segunda parte, el guión no iba a variar mucho. Buenas triangulaciones, Torres con mucha movilidad, presión arriba instantáneas, y bandas abiertas. En un tiro de Arbeloa empieza la jugada del segundo gol español. Un par de rechaces, y le cae el balón en los pies a Silva. El de Arguineguín paró el tiempo y eligió el recorrido perfecto para el gol. Dio un pase a la red a esa posición, caño a la defensa, y Given no puede pararlo. Nos poníamos 2-0. Sin tonterías.
El partido seguía con un dominio claro de los españoles, jugando muy bien, aunque aún con demasiado pase, pero mucho más directo que en la primera parte, donde va a parar… Un paradón de Given, un taconazo de Torres, un tirascazo de Busquets, pero no caía el tercero. Pero eso iba a cambiar con un pase de Silva… Le llega a Torres, en carrera, solo delante del portero, y remata perfectamente el fuenlabreño, que estaba más contento que unas castañuelas. Terminó el partido, está claro, pero España no iba a parar aquí.
Carrusel de cambios: ya había entrado Javi Martínez, y ahora era el momento de Cesc y Cazorla. Precisamente el culé metería el cuarto gol, al recibir dentro del área y destroza a Given con un trallazo al palo largo muy ajustado y diagonal. ¿Qué más podemos pedir?
De esta manera, en caso de empate contra Croacia, nos clasificaríamos por los goles de hoy. Es decir, más tranquilidad, más tiempo para poder preparar el tercer partido que será un partido de mucha presión, sin duda. Irlanda, eliminada, por cierto, la primera en caer matemáticamente.
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