El fútbol es un complicado engranaje de velocidad, distancia, precisión y juego. Comprender a la perfección su funcionamiento constituye una habilidad reservada a unos pocos jugadores, cuyo talento los convierte en profesionales valorados y cotizados por los mejores equipos del mundo.
Cuando en 2002 Toshack repescó a Xabi Alonso para jugar con la Real Sociedad – tras su fugaz paso por el Eibar- nadie se esperaba que aquel joven y elegante jugador de barba rojiza pudiera llegar tan alto. La temporada de su debut en la máxima categoría del fútbol español supuso el incio de su brillante carrera deportiva; catapultó a la Real Sociedad al segundo puesto tras luchar por el campeonato contra el Real Madrid.
Su talento no pasó desapercibido para Rafa Benítez, que acababa de embarcarse en su aventura como entrenador del Liverpool cuando decidió incorporarlo al histórico club de la ciudad de Los Beatles. Un año le bastó a Alonso para demostrar que no se había equivocado con su fichaje pues, en su primera temporada, el Liverpool, con él al mando, consiguió ganar la Champions League tras una memorable final contra el A.C Milán en la que los “reds” consiguieron remontar un 3-0 al descanso. Su espléndida segunda parte y el talento de Steven Gerrard llevaron al equipo inglés a levantar su quinta copa de Europa tras una agónica prórroga y una decisiva tanda de penaltis.
Aquel maravilloso 2004 fue el comienzo de cinco grandes años de juego de Alonso en el Liverpool, consagrando junto a compañeros como Pepe Reina, Luís García, Albert Riera, Fernando Morientes o Álvaro Arbeloa, el denominado “Spanish Liverpool”, que desplegó un gran nivel de juego e incluso ganó en el 2006 la FA Cup y la Community Shield.
Pero la falta de títulos en el club, la marcha de Rafa Benítez y la llamada de un gran club europeo como el Real Madrid empujaron a Xabi a cambiar de club y de ciudad. Sin embargo, su trayectoria en el club blanco se ha encargado de demostrar que conserva intacto su talento, ya que con su capacidad de creación y su carisma se ha convertido en uno de los jugadores intocables para José Mourinho. Él es el encargado de crear juego y, sobre todo, el responsable de que el Real Madrid haya vuelto a ilusionar a su afición en una época donde sólo los blancos son capaces de plantar cara al Barça e incluso ganarles una final de Copa como en la temporada pasada.
El futuro de Xabi es impredecible; lo que sí es seguro es que el donostiarra está en lo mejor de su carrera, que disfruta llevando a su equipo en volandas hacia la portería contraria y organizando su juego. Quizás sus mejores años aún están por venir y con ellos el Madrid vuelva a recuperar su hegemonía en el continente europeo.
ARTICULO REALIZADO POR: ADRIÁN LORENZO
